En tardes como esta
no puedo mentirte
vuelven los miedos a visitarme,
angustia que sin motivo
se instala en mi pecho
y aprieta sin tregua.
Ocurre, creo,
cuando las aguas se calman,
cuando todo parece tranquilo,
y pareciera que algo
no quisiera
dejarme saborear la calma.
Extraño a los buenos amigos
que son pocos y andan lejos,
me pregunto si me piensan
y mientras,
aprendo, despacio, a cuidar a los que tengo cerca,
los que siempre estuvieron.
La familia que no se escoge,
a ellos también les debo un poema.