Acecha el miedo
al caer la tarde.
No a nada o a nadie,
o quizás a todo.
El sol se pone
y sus manos tiemblan
quién sabe
que traerá la noche.
El mundo, piensa,
se me queda grande
y nadie entiende
ese miedo suyo.
Espera que el nuevo día
le traiga el milagro
de sentirse fuerte,
de pintar sus labios.
Y si la vida se lleva lejos
todo lo que ella ama
abrirá sus alas
para volar fuerte..
1 comentario:
Hola!! La vida es muy dura a veces, pero hay que pintarse los labios y seguir!! Bonito poema.
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