Ocurre que a veces pienso en el sentido de la vida y la muerte,
y me da por pensar que desperdicio mis días,
y que cada día alguien lucha por vivir, y no siempre lo consigue.
Detrás de mi ventana el día parece bonito,
es una tarde cualquiera de viernes,
es primavera mientras yo sigo esperando.
Y sigo cocinando pasteles las tardes de domingo,
mientras en las calles otros viven,
y no sé por qué, he vuelto a escribir poemas.
Oigo hablar de cocineros y pétalos de flores,
yo apenás se hacer un par de bizcochos,
pero puedo imaginar esos pétalos en mi cocina.
Los cocinaría sobre tu cuerpo desnudo,
a fuego lento y sin las prisas de nadie,
que bastante tenemos con vivir cada día.
Con ellos dibujaría círculos en tu vientre,
y miles de mariposas acudirían sobre nosotros,
dibujando ese mapa en el que nos imagino.
Mi piel está blanca tras el duro invierno,
y necesita ración doble de esta receta,
regar con vino tinto, a beber de mi vientre.
2 comentarios:
Me alegro que hayas recuperado las ganas de escribir poesía y que lo hayas hecho con esta fuerza.
A ver si yo me reencuentro con las palabras pronto...
Un abrazo fuerte
Todo esta en querer y querer hacer.
saludos! :)
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