Dime, mi amor, si lo sabes
dónde van las esperanzas perdidas
y ese mes de agosto en que enamoré.
Apenas ya queda el recuerdo
de aquella borrachera de ti
y la felicidad parece el camino a ninguna parte.
La vida se me come sin tregua
pero de tanto drama ya me cansé
y busco en las calles la forma de olvidarte.
Pero te llevaste mi alma contigo
además de mi cuerpo y mi piel
y yo te regalé un libro de poemas en blanco.
Por lo demás, la vida sigue su curso,
algún cambio de trabajo, pocos amigos
y poemas en las tardes en las que te quiero olvidar.
Sigo cuidando a mis niños,
y paseo a menudo perdida en el parque
y a veces, todavía, sigo soñando.
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