viernes, 4 de enero de 2013

Dicen que el futuro es incierto,
y la lluvia cala mis tardes,
humedece mis huesos.

Camino a ninguna parte,
en un viejo autobús,
con mi mala compañía.

Ya no quedan estrellas,
ni lunas ni recuerdos,
sólo el miedo a lo que perdí.

La cicatriz no curó,
y se clava como una cuchilla
en las tardes como hoy.

Escondida en un bar,
sin certezas ni ilusión,
que la muerte no viene ni va.

Un desierto de pasión,
una espera sin final,
una vida sin vivir.

Y al final, siempre tú,
con mi sueños cotidianos,
y una espera sin dolor.