Te pensaré menos.

 Me gustan los abrazos,

los tuyos

y mirarte fijamente

cuando me cuentas

historias del trabajo

y que todo, parece,

va mejor.

Yo no lo creo

pero me pierdo en tus ojos

y te hablo de mis sueños,

de que apenas llego a fin de mes

y de que el mundo ahora

me parece una guerra abierta.

Me hablas de la nueva ciudad,

la gente nueva

y de los viajes próximos. 

Y yo anclada a la tierra

con unas raíces

que ya no me aguantan.

Bebo un trago de cerveza

y en el bar

una canción de Sabina.

Quién fuera ella.

Me despido con un astro pronto

que sé que es mentira.

Te pensaré menos. 

Vacío

 Árboles sin ramas

ríos sin agua

personas vacías. 

Cierras los ojos buscando

luz en la noche

soñando oscuridad de día.

Casas vacías

de libros y amantes

repletas de angustia.

Murieron los poetas

marcharon los amigos

solo queda vacío.

Última escapada

Han pasado tantos años, 

todos los que tiene el mundo,

y todavía hoy

le azuzan el estómago

y las entrañas

miles de mariposas

cada vez que lo piensa.

Cruza unas líneas con él

en el móvil.

Ya nunca escribe, 

nunca lo hizo

pero siempre responde,

y ella se tambalea.

Y él,

él tan sólo es 

un amor imposible,

que pasados los años

no sale ni de su corazón

ni de su alma.

Ella sigue soñando

una escapada juntos,

no importa dónde. 

Pero sabe,

a qué mentirse

que a estas alturas de la vida,

cuando las arrugas, el reuma

y los años pesan,

que la última escapada

ha de ser a la tumba.

Septiembre adelantado

Se mira en el espejo

y piensa

que ya nunca piensa en ella.

Siempre hay problemas más serios.

Anda estos días pensando

en comprar ese vestido

para pasear en otoño,

pero hay que pensar en los gastos.

Luego se para y piensa

que no habrá ocasión

para que él lo vea,

aunque ella aún lo sueña.

Ya acorta el día

y la ansiedad acecha,

observa el retrato de boda de la abuela

y quisiera parecerse a ella.

Querer de nada sirve

si se quiere en silencio

si a nadie le llega

todo lo que llevas dentro.

Que el tiempo que se va no muere

y el amor que no diste,

muere.

Y mata por dentro si lo sientes.

Ella.

 Ella tenía un amor perdido

que guardaba en el bolsillo

de su chaqueta

y de quien nadie sabía

ni siquiera su nombre.

Ella lo guardaba como se guardan

los tesoros

que sabes solo has de encontrar

una vez en la vida.