Si algo ha traído este diciembre
más allá del frío imposible,
y de la eterna niebla,
ha sido la certeza
de que te sigue amando.
Ya no hay necesidad alguna
de seguir buscando,
y poco a poco
la espesa niebla
se convierte en lluvia.
El parque vacío
vacío de almas,
el día no escampa,
y la humedad que cala
lo más fondo del alma.
Y sin embargo sonríe
bajo el gorro de lana
cuando se cruza con una pareja
que podrían ser ellos
hace ya algún tiempo.
Recuerda su nombre,
su templante serio
todos los planes
que nunca le contó,
y recuerda sus besos.
Sabe ahora que nunca
nunca existió futuro
y sin embargo sabe
que lo amara siempre,
ya no quiere seguir buscando.
Que la vida le dio un regalo,
que duro muy poco
pero que guardará siempre
que no importa el tiempo,
que no todo lo puede.