viernes, 1 de agosto de 2008

No hacen falta motivos

He estado pensado en contarles el motivo del nombre de esta pequeña ventana abierta al mundo. Para mí son muchos, quizás demasiado.
Por más que quisiera no encontraría palabras para explicarles el por qué. El caso es que escucho mucho su música, y sus letras siempre me han acompañado en el tiempo y han formado parte de mi vida.
Hasta el punto que he estado casi dos años sin escuchar nada suyo, porque no estaba precisamente en mi mejor momento, y escucharle casi hacia daño, ya saben, demasiados recuerdos.
El caso es que el otro día descubrí de nuevo esta canción. Y me dejé convencer. Porque hasta ahora nunca lo había hecho, y me sentía muerta.
Está canción me ha dado un pequeño gran empujón para empezar de nuevo, por qué no, también para estar con ustedes. Disfrútenla tanto como yo.

DEJATE CONVENCER

Una día la vida echará abajo tu puerta. Rendida, acorralada te pedirá cuentas por este fracaso, por haberme mentido. Y no encontrarás al hombre que te ponga a salvo, que el hecho de estar vivo siempre exige algo. Déjate convencer, duerme esta noche conmigo. Que el amor se encuentra antes si se busca. Mira que casualidad si yo fuera tu hombre y la duda de haberte dado luz no te deja dormir nunca.
Déjate convencer. Ya habrá alguien que se haga cargo de recoger las culpas de este pecado. A donde iré, sin este abrazo. No te puedes negar, no sea que nuestro pasado nos llegué a atrapar. Esta noche está en nuestras manos decir alguna verdad que ya, que ya mentimos a diario.
Anda, echa un vistazo a tu alrededor, no seas tonta, mira que no hay un alma que llevarse a la boca, que hay que repartir caricias y esta noche me toca. Que yo también comparto los mismos miedos, también busco una cinta para atar el tiempo. También arrastro conmigo una cadena de sueños.
Una día la vida echará abajo tu puerta. Rendida acorralada te pedirá cuentas por este fracaso, por haberme mentido.

Feliz descanso, y hasta pronto

4 comentarios:

Ale dijo...

Si yo te contara...

Esa canción me ha inflado el pecho muchísimas veces, y desde el día en que la escuché por primera vez que no dejo de ponerme sensible al hacerlo. Y no dejo de soñar, de sentir, de reír. Pero también, a veces un dejo de melancolía me queda en el rostro, porque no tengo el valor de dejarme convencer. O acaso el valor de convencerla a ella.

Y mi también me pasó. Me pasó eso de tener que dejar de escucharlo por algún tiempo ya que hacerlo era un martirio al corazón. Pero uno siempre vuelve al sentimiento, y es inevitable estar nuevamente oyendo sus palabras.

Recuerdo una vez, una tarde, me enteré de algo que no me gustó oír de la persona a la que yo quería en demasía. Algo que me dejó mal, triste, desesperanzado. Y ese mismo día, a la noche, iba a un recital a ver a Ismael Serrano. Para qué contarte. Volví diciendo "hay que matarlo" jaja, medio con una sonrisa, medio con una lágrima. Y provoca eso, pero más que provocarlo, somos nosotros los que estamos tristes o con las lágrimas a flor de piel en los momentos en que él aparece.

Ojalá nos sigamos dejando convencer, ojalá sigas abriendo esta ventana a nosotros que somos el mundo. Ojalá sigamos sintiendo y sobre todo... creyendo.

Rodolfo Serrano dijo...

Llevo tiempo disfrutándola, pero seguiré tu consejo este verano. Un beso y felices vacaciones

Javi dijo...

Buenas!!!

Preciosa canción de Ismael, si pasas por mi blog estoy seguro que rapidamente sabrás de donde y porque le viene su nombre :)


Gran blog, prometo volver pronto!!

Un beso

-javi-

Angi dijo...

es una cancion hermosa
de cuantas cosas nos perdemos por no dejarnos querer
te dejo un beso
angi